Los ‘vuelos fantasma’ que costaron 79 millones de dólares a la aerolínea Qantas

Primera modificación: 07/05/2024 – 04:31

Un A380 de Qantas despega del aeropuerto de Sídney sobre Botany Bay mientras un pescador se encuentra en un rompeolas en Sídney, Australia, el lunes 5 de septiembre de 2022.
Un A380 de Qantas despega del aeropuerto de Sídney sobre Botany Bay mientras un pescador se encuentra en un rompeolas en Sídney, Australia, el lunes 5 de septiembre de 2022. AP – Mark Baker

La aerolínea australiana indemnizará a más de 86.000 clientes que compraron boletos para sus viajes que ya estaban cancelados. La empresa espera que con el pago a los usuarios su confianza en el sector regrese mientras enfrenta los señalamientos de la Comisión Australiana de Competencia y Consumo, que la acusan de una conducta “atroz” e “inaceptable”.

Solo falta la aprobación de la Corte para que el Grupo Qantas deba pagar la sanción que le impuso el Tribunal Federal. Esta consiste en 120 millones de dólares australianos, lo que se traduce en unos 79 millones de dólares estadounidenses). 

Sin embargo, con aprobación, o sin ella, la empresa ha dicho que desea reivindicarse con sus clientes y planea iniciar un programa de indemnización. 

La compañía australiana ha planeado entregar 13 millones de dólares a unas 86.000 personas que compraron los llamados ‘vuelos fantasma’. Ha propuesto pagar 149 dólares a quienes hayan pagado por reservas de boletos nacionales y 298 dólares a aquellos que obtuvieron reservas internacionales entre 2021 y 2022. Los 66 millones restantes serían para pagar la sanción. 

«Cuando se reanudaron los vuelos después del cierre de Covid, reconocemos que Qantas decepcionó a los clientes y no cumplió con nuestros propios estándares. Sabemos que muchos de nuestros clientes se vieron afectados por nuestra falta de notificación de cancelación de manera oportuna y lo lamentamos sinceramente», dijo Vanessa Hudson, directora ejecutiva de Qantas Group.

«El regreso a los viajes ya era estresante para muchos y no brindábamos suficiente soporte a los clientes y no contábamos con la tecnología y los sistemas para apoyar a nuestra gente», reconoció Hudson en un comunicado oficial publicado este 6 de mayo.

Pese a reconocer el error, la presidenta de la Comisión Australiana de Competencia y Consumo, Gina Cass-Gottlieb, no ha escatimado en sus declaraciones contra la compañía y condena el actuar del grupo empresarial. 

«La conducta de Qantas fue atroz e inaceptable. Muchos consumidores habrán hecho planes de vacaciones, negocios y viajes después de reservar un vuelo fantasma que había sido cancelado», dijo Cass-Gottlieb.

«Es importante destacar que demuestra que tomamos medidas para garantizar que las empresas que operan en Australia se comuniquen de manera clara, precisa y honesta con sus clientes en todo momento», añadió. 

Qantas reportó una ganancia anual de unos 1.100 millones de dólares el año pasado, pero recientemente se ha enfrentado a una controversia por lo que algunos señalan como el aumento excesivo en los precios de tiquetes de avión. 

Y mientras los precios suben, su reputación baja, pues los usuarios han denunciado servicios “deficientes”, mientras la compañía despidió a 1.700 empleados de su plantilla en tierra durante el periodo de pandemia.

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